jueves, 24 de agosto de 2017

PLANEANDO MI BODA





Ahora estoy viviendo una nueva etapa en mi vida, es una etapa hermosa, y maravillosa pero ciertamente con grandes retos, y el primero de ellos es: LA BODA.

A solo unos meses de convertirme en esposa tengo la gran tarea de organizar mi boda, me he dedicado casi toda mi vida en organizar las bodas de mis amigas y de mis familiares, la verdad, me enamore de las bodas, y quería ayudar a las personas en ese día tan importante para ellos y realmente me considero una experta en cuanto a protocolo u organización pero ahora es mi momento, ahora no seré la que sostenga la cola, la que arregle a la novia, no, ahora seré la que estará vestida de blanco, y la verdad, esto es otra cosa mis queridos lectores.

Empezando por complacer y agradar a la familia, y terminando por tener que tomar decisiones que no a todos agraden son los primeros desafíos que se nos presentan, hoy entiendo a esas novias, realmente mi trabajo era más sencillo que el de ellas, pero bien, ¿por dónde empiezas? Lo primero que debes hacer es concentrarte, y evitar el estrés y las tensiones, siempre van a venir pero trata de tomar las cosas con calma, aprende a respirar y recuerda que es un momento para disfrutar, si, no solo el disfrute es la boda sino cada paso que des para su realización.

Hay muchos artículos y blogs ya escritos que te dan una serie de pasos a seguir, son muy buenos, yo no escribiré el listado ni los pasos, ahora prefiero alentar ya que también esto es para mí, lo que si te aconsejo es que escribas todo lo que necesitas, haz esas listas y ve marcando lo que ya tienes para saber que te falta, siempre vas a anotar cosas nuevas que van saliendo en el camino así que vive con tu agenda de bodas, duerme con ella, llévala a donde vayas para que siempre estés lista.

Hace un tiempo escribí un artículo sobre la dama de honor, nunca lo publique, hasta ahora (se los dejaré después de este), allí hablo sobre todo lo que hacía una dama y al final yo expresaba que un día seria mi día, ya no sería la dama sino que sería la novia, y recuerdo que cuando escribí estas palabras mi corazón siempre se emocionaba, sin saber que el día me llegaría tan pronto.

Y les digo, es todo un desafío, pero siempre recuerda que todas aquellas cosas a las que les pones el corazón y la dedicación son perfectas e inolvidables, y así debería ser este momento, no puedo encontrar otra definición para un día tan especial como lo es el día de "la alegría de nuestro corazón", cuando nos unimos con nuestra persona amada, con ese complemento perfecto que Dios nos ha regalado en esta tierra, es una verdad, debe ser un día inolvidable para ambos. Aunque, lamento decírselos, pero el camino no es un sendero de flores precisamente, empiezas a pedir presupuestos de salones, de los trajes, las comidas, y es entonces cuando te estrellas con una pared de realidad: mi boda saldrá por un ojo de la cara.


Los presupuestos son tan exorbitantes que te darían escalofríos, y entonces te llega la impotencia y angustia, la boda debe ser alegría, amor y unión pero a sus ratos suele convertirse en estrés y frustración, ahora bien, eso es una realidad, y es una que no podemos ocultar, pero no te puedes quedar allí, tu fe debe ir por encima de la realidad, ciertamente eso es lo único que te puede levantar y dar aliento ante cualquier realidad, así que mi mayor consejo es este: NUNCA PIERDAS LA FE, y recuerda que Dios es un Padre, y uno maravilloso.

Hoy estoy en este grandioso proceso, te invito a acompañarme a lo largo de el..





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